En los tres siguientes post voy a tratar
la luz y su uso en la pintura, la escultura y la arquitectura.

En el lienzo hay una ventana que por el
contrario a lo que se esperaría, no ilumina, lo que le da más importancia a la
luz ya descrita. Como curiosidad cabe decir que esta es la única obra en la que
el pintor Barroco derrama su luz
desde la derecha.
Caravaggio tenía una concepción del movimiento a partir de la luz, y esto
lo podemos observar en como San Pedro se inclina hacia delante señalando a Mateo
(aunque no tan firmemente como Jesús). Otra de las muestras del movimiento
luminoso que utiliza el artista es en el joven que está de espaldas, inclinándose
hacia quienes han entrado en la habitación. Y por último, en cómo se señala San
Mateo a sí mismo.
Otro aspecto llamativo es la iluminación
que reciben Jesús y San Pedro, que deberían estar en la sombra. Esto se explica
por la disposición de la iglesia de San Luis de los Franceses (Roma). La pintura
se encuentra a la izquierda de la entrada en una capilla, la cual está
iluminada por una ventana a la derecha, en la parte superior de la pared del
altar. Aquí el genio no sólo incluye la luz propia de la escena, sino que
además le suma el foco de luz que supone una ventana real.
Por último quiero señalar (aunque no
referido a la luz) cómo Caravaggio separa en dos grupos la imagen, sobre todo
con dos tipos de vestimentas, las prendas contemporáneas y las túnicas bíblicas.
La existencia de estos dos grupos hace más chocante la elección de San Mateo,
casi como un milagro, algo espectacular y teatral. Probablemente el joven que
se encuentra de espaldas estará pensando: “mira esos que vienen con túnicas”.
http://www.manuelbarriosprieto.com/2011/07/el-momento-de-la-gracia-caravaggio-y-la.html
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