Arcimboldo (1527-1593) fue un manierista que pintó alegorías de las
estaciones y los elementos (aire, fuego, tierra y aire) mediante frutas,
animales, etc. Se le podría considerar el precursor del Surrealismo. En este
artículo voy a hablar de El otoño de
1573, que se encuentra en el Museo Nacional de Louvre, París. En Madrid podemos
ir a ver La primavera de 1563 en la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Esta obra manierista supone un puente
entre dos de las más importantes corrientes: el Renacimiento y el Barroco. De
la primera podemos observar el tipo de retrato, en donde el “sujeto” se
encuentra de perfil, como en el de Federico de Montefeltro realizado por Piero
della Francesca. La tradición renacentista también se aprecia en la especie
concreta de cada planta y fruto (“naturalismo”). El pintar y el saber iban muy
unidos. Con respecto al Barroco vemos el característico fondo negro del
tenebrismo, la composición recargada que posee y el bodegón.
Es un cuadro revolucionario para la
época ya que la obra resulta estrambótica; y porque fusiona el retrato con el
bodegón, que no será abordado como tema principal hasta el barroco con Caravaggio
o Zurbarán entre otros. De esta forma consigue unir dos de las principales
características del movimiento: el hombre y la naturaleza
En las estaciones siempre utiliza frutas, hortalizas y alimentos de
temporada, como granadas (la barbilla), uvas, calabazas (la cabeza), setas (la
oreja), etc.
El personaje retratado lo podríamos
calificar de bonachón, algo más tosco que El
verano o La primavera. Incluso
podemos ver un dios Baco en este óleo, con su respectiva corona de parra,
aspecto de borrachín, y si se me permite la expresión, con nariz “porreta”,
formada por una pera, que al igual que las mejillas tienen un color rojizo
debido al abundante vino.
En el lienzo priman los colores típicos
otoñales, aunque sin mucho contraste entre ellos: terrosos, anaranjados,
amarillos y los verdes son pálidos, nada que ver con la intensidad que
adquieren en El verano.
Por último decir que es un cuadro para
verlo de dos formas: la primera de forma general, viendo a nuestro personaje; y la segunda de una manera más concreta fijándonos en los numerosos detalles, como el
caracol que se pasea por la calabaza.
Os dejo con una copia de El verano que realicé con lápices:
Fantástica entrada. ¡Fantástico dibujo!
ResponderEliminarMagnífico post!! Gracias por acercar el arte y por lo mucho q se aprende con tus entradas. Besos
ResponderEliminarGracias a vosotros por seguirme; me alegra saber que os gusta.
Eliminar