En esta entrada quiero mostrar que la luz en la escultura tiene un papel
muy importante. Y es que Bernini
cuidó hasta el último detalle para presentar El éxtasis de Santa Teresa. Está situada en la capilla Cornaro, en
la iglesia de Santa María de la Victoria (Roma).
En esta escultura la luz es de
gran relevancia puesto que se trata del momento culmen de la visión de Santa
Teresa de Jesús. Para entender en su
totalidad la obra hay que tener en cuenta que el artista del Barroco situó el conjunto escultórico
como en un teatro. Este está formado por un escenario (donde están Santa Teresa
y el ángel), dos palcos en los que se encuentran unos espectadores esculpidos
por el artista y la platea (donde nos encontramos para observar a los
protagonistas).
Bernini dotó a su “teatro”, como es
lógico, de iluminación. Y utilizó dos tipos de luz: una natural y otra
celestial. La primera la obtiene de una ventana no visible que enfoca al
conjunto escultórico, de tal forma que la luz viene de arriba. Así proporciona
a la escena un toque celestial y espectacular, remarcado por esa flotabilidad,
esa ingravidez que consigue el escultor gracias a la nube y al pie que queda descolgado.
Además este foco remarca la cara de la Santa haciendo énfasis en sus gestos. La segunda, de tipo celestial, ha sido retratada en forma de haz de rayos
hechos con bronce. Este es el telón de fondo que pone la guinda a esta puesta
en escena.
Esta escultura rebosa de características barrocas. Para empezar, se trata
de un momento congelado pero, aunque sea contradictorio, lleno de movimiento. Para captar ese instante se
basó con gran fidelidad en la propia descripción de Santa Teresa. Es en su
hábito en donde se reúnen dos de estas características: el movimiento, ya citado,
y el claro-oscuro. Los pliegues de la túnica (esculpida con maestría) dan esa
sensación tan barroca de luces y sombras, de algo complicado, de contrastes.
El escultor Italiano además juega con las texturas de las distintas
superficies. Mientras que la nube es rugosa y no capta mucho la luz, la piel de
los dos personajes está perfectamente pulida, haciendo que la luz se refleje y
de mayor luminosidad.
El "teatro" de Bernini |